martes, 24 de julio de 2012

Es increíble lo poco conscientes que somos día a día de como cambia la vida, y lo sorprendidos que nos quedamos cuando al mirar al pasado, descubrimos que nada es como era antes. Parece inevitable que la vida siga su curso entre etapas pasadas y nuevos retos, resulta difícil controlar cómo seremos en un mes, en un año, en un periodo de tiempo incierto. Y es ahí donde aparece el lado azaroso del destino. No sabemos lo que nos depara el futuro, personalmente, no sé si llegaré a ser lo que quiero ser, no sé en qué circunstancias viviré. No podemos elegir cómo va a ser nuestro futuro de un modo seguro, y tampoco podemos tener la certeza de que tendremos a nuestro lado a quien nosotros elijamos. Todo se reduce a querer, pero ello no implica que vaya a cumplirse.
Es increíble cómo crecemos y maduramos. Es increíble cómo personas llegan a nuestras vidas un día cualquiera, como un doce de Marzo o un 14 de Mayo, y nos la cambian, e incluso es increíble como personas que ya estaban en tu vida ejerciendo un papel secundario acaban siendo los coprotagonistas de la tuya, sin que tú te des cuenta del proceso

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