sábado, 29 de diciembre de 2012


Hoy quiero hacer locuras, de esas que nadie entiende, de esas que cuando las haces se te quedan mirando como si estuvieses tonta. Sí, estoy loca pero eso es cosa mía. Quiero pasar al lado corriendo de alguien y gritar, muy fuerte, muy alto, de alegría y que esa persona no se asombre, que me mire, sonría y a continuación me conteste con otro grito aún más alto. Quiero saltar, reír, bailar. Quiero luchar por lo que quiero y conseguirlo. Quiero sentir como la felicidad se apodera de mí. Quiero sentir ese nudo en el estómago que se siente cuando no conoces algo. Quiero sentir nervios. Quiero enamorarme de la vida poco a poco y cada vez más. Quiero respirar ese olor a locura. Quiero ese perfume, sí, el perfume de la locura

viernes, 21 de diciembre de 2012

Hoy me han preguntado que si soy feliz y no he sabido responder. Pues, ¿qué es la felicidad? Para algunos es el tener motivos por los que despertar cada mañana, para otros la felicidad viene en botella o enrollada en un papel de fumar, otros ni si quiera tienen la más mínima idea de lo que es la felicidad. Y para mí, ¿qué es la felicidad? Es una pregunta difícil de responder, pero supongo que la felicidad para mí se halla en las pequeñas cosas. En esa sonrisa que a veces me dedica alguien para indicarme que todo va bien, en las enormes bolsas de chuches que me como mientras haga el tonto con una amiga, en las risas que me echo al ver las caras con las que salgo en las fotos después de una tarde genial, en la cara de tonta que se me pone cuando me acuerdo de algún momento especial, en esa voz de niña buena que me sale de vez en cuando, en las millones de cosas que me he imaginado y que seguramente nunca se harán realidad, en esos mensajes que tengo guardados en el móvil, en los recuerdos que me traen las fotos viejas, en lo nerviosa que me pongo por las cosas más tontas, en la satisfacción de poder enseñarle al mundo algo que me encanta

Quizá porque una mirada dice mucho o porque puede no decir nada. Porque los silencios duelen más que las palabras o quizá porque son los momentos más bonitos. Porque hay días tan oscuros como la noche o noches que brillan más que un día. O quizá porque hay días para todo o días para olvidar, porque a veces todo es nada y otras veces nada es todo. Quizá porque no siempre correr más rápido significa llegar más lejos, o porque lo pequeño casi siempre es lo más importante, o porque lo grande, en ocasiones es lo más pequeño. Alomejor porque lo ligero a veces es lo que más pesa y lo más pesado es lo más ligero. Quizá porque aunque se pierda, la mayoría se gana, o porque hay victorias que son derrotas. O quizá porque lo más difícil es lo más fácil y nos empeñamos en hacerlo complicado

sábado, 8 de diciembre de 2012

La Real Academia define la palabra imposible
como algo que no tiene facultad ni medios
para llegar a ser o suceder.
Y define improbable como algo inverosímil
que no se funda en una razón prudente.
Puestos a escoger,
a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad,
como a todo el mundo, supongo.
La improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la épica.
Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió.
Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió.
Que los Barón Rojo volvieran a tocar juntos era improbable, pero sucedió.
Nadal desbancando del número uno a Federer,
una periodista convertida en princesa,
el 12-1 contra Malta, el amor, las relaciones, los sentimientos,
no se fundan en una razón prudente;
por eso no me gusta hablar de amores imposibles
si no de amores improbables.
Por que lo improbable es por definicion probable,
lo que es casi seguro que no pase, esque puede pasar.
Mientas haya una posibilidad,
media posibilidad entre mil millones que pase, vale la pena intentarlo
.

domingo, 2 de diciembre de 2012


Puedes ser feliz si te lo propones, puedes conseguir cada una de tus metas si te esfuerzas, puedes alcanzar tus sueños si tienes el coraje de perseguirlos, puedes hacer lo que quieras: ser feliz o estar todo el día completamente amargada. Son decisiones tuyas, propias e íntimas, en la que nadie puede opinar. Tú y solo tú eres la persona que se debe poner metas, y la que tiene que saber dónde establecer un límite. Todos sabemos lo que podemos dar y nadie es alguien para opinar si lo que hacemos o dejamos de hacer está bien o mal. Tú debes decir si puedes dar más o no, si seguir adelante o tirar la toalla. Puede ser que haya tantísimos problemas que decidas tirar la toalla y después te arrepientas, o incluso al revés, que todo tenga buena pinta, hasta que se tuerza y te maldices por haber perseguido un sueño. Pase lo que pase, jamás hagas lo que no quieras, haz lo que tu corazón te dice, lucha realmente algo por lo que te palpite el corazón.